En el área de consultoría a la que me dedico, resulta un poco preocupante la falta de interés de las empresas familiares en este tipo de servicios; ya que consideran que la ayuda que se les brinda es más que nada un gasto para ellos y no una inversión a largo plazo para su beneficio en cuanto a toma de decisiones.
En la actualidad en México más del 80% de las empresas son familiares, influyendo en el PIB (Producto Interno Bruto) hasta en un 75%. Esto ocasiona que la economía de un país dependa de ellas.
En otras palabras, la economía de México depende de costumbres, hábitos, tradiciones y formas de trabajo, pasadas de generación en generación
Considero que las empresas familiares en muchas ocasiones no cuentan con una estructura sólida para laborar. A lo que me refiero con estructura sólida es que carecen de políticas establecidas, reglamentos internos y procesos estándar. Sin falta de todas estas herramientas no hay forma de sostener un negocio con tener buenas intenciones o trabajar como siempre lo hemos hecho, ya que no hay cimientos de donde sostenerse.

En un escenario grave si estas empresas familiares dejaran de existir la economía de nuestro país no sobreviviría y entraríamos en un gran problema económico. Dichas empresas trabajan de una forma empírica, como se dice comúnmente de lo aprendido de mis abuelos, padres e hijos.
La solución ante esta problemática sería que empezaran a formular sus propios controles internos y asesorarse de personas capacitadas para poder institucionalizarse. Que esta ayuda que se les brinda como consultorías la aprovechen y busquen la manera de crecer de una forma consciente.
Con la globalización que existe actualmente ya no podemos seguir trabajando de la misma forma en como mi familia manejaba el negocio, hay que tener la apertura de que personas expertas aporten sus conocimientos y experiencias para que juntos podamos construir un mejor país y a su vez una economía más sólida y más fuerte.
MTRA. ARIADNA RIVERA GRADOS